Es el mejor en el costo-beneficio, no solo porque es el sensor más rápido, sino también porque tiene la característica única de permitirle iniciar la producción durante el arranque en modo “rápido” con mayor velocidad de medición. Una vez que se ha alcanzado una producción estable, la rotación del sensor vuelve a la velocidad normal. De esta manera, hay significativamente menos desperdicios al cambiar la producción, porque las correcciones iniciales de espesor se realizan de manera rápida y eficiente y las tolerancias deseadas se logran en pocos minutos.